Comentario
En modo alguno se puede hablar de decadencia de la vidriera, aunque no se creen estructuras diáfanas comparables a las del siglo XIII. De hecho, algunas de éstas no se terminan hasta el siglo XIV y es entonces cuando sus vanos comienzan a llenarse con el vidrio coloreado. La catedral de Toledo es la primera gótica de la Península Ibérica en comenzarse, pero la lentitud de las obras hace que sea, ya muy avanzado el siglo XV, cuando se encarguen la mayor parte de las vidrieras, en las que trabajan artistas que lo han hecho también en la más moderna de Sevilla. Como antes, pintores y miniaturistas proporcionan modelos a los técnicos que son los vidrieros. Es frecuente que gentes de origen nórdico trabajen aquí, mientras son los pintores propios los que les nutren. Bartolomé Bermejo así lo hace en dos ejemplos conservados de la catedral de Barcelona.La orfebrería es un arte absolutamente mayor y los plateros y orfebres más admirados que los escultores o los pintores. El refinamiento de la aristocracia lleva a una mayor variedad en la producción de objetos profanos que antes. Nuevas técnicas de esmalte (esmaltes traslúcidos u opacos), el uso distinto del color en ellos, se añade a la riqueza de los metales preciosos o las piedras finas. En el gótico internacional el capricho del gusto se manifiesta en la moda y en el tipo de joyas. Las más complicadas formas, acompañadas de una riqueza temática cargada de alegorías y símbolos, cristalizan en castillos de amor, barcos fastuosos, copas de formas caprichosas, vajillas, etc. No se descuida la orfebrería o platería religiosa. El impulso que recibe la fiesta del Corpus, y todo el mundo relacionado con la Eucaristía, lleva a la creación de obras cada vez más complejas tanto en cálices, como en custodias destinadas al culto y a la exhibición pública. Mientras las formas caprichosas de piezas profanas y sacras internacionales provienen muchas veces de talleres parisinos y los esmaltes traslúcidos de otros italianos en cruces, cálices y custodias son magníficos ciertos ejemplares hispanos, muy interesantes los catalanes y valencianos en el siglo XIV y los castellanos a finales del siguiente o comienzos del XVI.